Trabajo formal o informal: ¿cuál es la mejor opción?


Muchos jóvenes en México que quieren insertarse en el ámbito laboral se enfrentan con la gran disyuntiva, si estar en un trabajo formal (con prestaciones y en nómina) o estar en el informal (ganando netamente un sueldo superior, pero sin prestaciones). Pero ¿por qué deberíamos escoger entre un sector y el otro? ¿por qué en México no puede haber mejores condiciones en el sector formal? ¿Por qué trabajar en el sector formal significa ganar menos?
Estas preguntas me las hice yo mismo hace unos años, cuando empezaba a trabajar ya formalmente en proyectos comunitarios y sociales; aunque en mi caso era estar de freelance, que no es precisamente informal, pues pagas impuestos, pero no te contrata la empresa o asociación civil directamente.
En uno de esos proyectos que hice en Teotihuacán, Puebla; iba contratado de forma informal, recibiendo mi paga una vez a la semana en efectivo. Era más de lo que percibían la mayoría de mi generación y tenía cierta flexibilidad en la responsabilidad de la comunidad y del proyecto comunitario.

 Hasta que tuve un accidente y me partí el brazo en tres pedazos. Aquí empecé a reflexionar de qué tipo de empleo quería; pues al no tener servicios médicos, tuve que ir al Hospital General, a la Cruz roja; pues no podía costar un hospital privado. Al final, aunque la asociación me condonó las faltas y no me descontó de mi salario, no tuve oportunidad para una rehabilitación adecuada, ni para recuperarme bien del brazo; porque decidí continuar sin prever que afectaría de por vida mi movilidad.
Pensé que, aunque recibía un salario superior que la mayoría de los contemporáneos, si me enfermaba o me pasaba algo, tenía yo que cargar con esos gastos íntegramente y, es donde mi sueldo se veía disminuido y mermado.
Después pensé en que no solamente al hablar de prestaciones hablamos de seguridad social, si no de ahorro para el retiro, crédito INFONAVIT, vacaciones, etc. Y es cuando caí en cuenta del costo real del trabajo informal.
Los años por seguir me fijaba en que tanto proyectos o empleos de investigación cubrieran con seguro médico o de enfermedades; que tuviera alguna seguridad, aunque el salario no fuera tan alto, pues así se compensaba. También es un beneficio, que al estar en el trabajo formal te pagan horas extras si es que te quedas más en el trabajo, tienes días de asueto y vas haciendo cierta antigüedad (aunque con la terciarización o outsourcing esto es difícil) pero vas haciendo tu ahorro.
Quiero que mi caso sirva de referencia a miles de jóvenes que empiezan su vida laboral, para que desde el inicio busquen condiciones de trabajo dignas, pues según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (2020)[1], el 57.3% de la población empleada en México está en el sector informal; es decir, 6 de cada 10 personas trabajan informalmente; dando como resultado un precario sistema de salud (pues este se fortalece con las aportaciones patronales), nulo crecimiento de Afores y sistema para el retiro, pero sobre todo, la competitividad salarial en sectores como el restaurantero, comercial[2].
En mi actual trabajo, tengo a mi cargo a una becaria del programa Jóvenes construyendo el futuro, y hablando con ella; me decía que prefiere estar en este programa ganando 4,000 pesos mensuales a estar de freelance ganando el doble, pero sin prestaciones:
“Estoy contenta de trabajar en un empleo formal, pues aparte de que existe alguien que, de referencias reales de mi trabajo, saldré capacitada en ofimática y tendré la experiencia real de un empleo. Aparte, estoy en el IMSS y eso me tranquiliza, más ahora en tiempos del coronavirus”.
Ivonne, es comunicóloga y antes había trabajado como community manager de una tienda y de unos negocios en el pueblo de Santa Fe, pero al cerrar estos locales, le dejaron de pagar sin avisarle ni darle una liquidación.
“Cuando eres joven no entiendes o visualizas que necesitarás dinero o doctor, pues aún vives y dependes de tus papás, pero en la vida real, tienes que estar preparado; y es algo que el trabajo formal te da, pues puedes demostrar que tienes un salario fijo y puedes tener créditos, puedes pedir incluso tu visa”.
Sin embargo, pareciera que solo afecta a los jóvenes profesionistas esta situación, cuando la realidad es que las más afectadas por el trabajo informal son las mujeres. Ariadna Díaz[3], en su columna periodística en Nexos ha discutido sobre lo formal y lo informal del mercado laboral, dice que un gran porcentaje de las mujeres ocupan puestos como el de cuidadora de enfermos, trabajadoras del hogar, y que apenas en 2019 se ha regulado el tema de sus prestaciones.
Según Díaz, las personas que están más propensas a optar por un trabajo informal son:
•             Los jóvenes, al no tener experiencia.
•             Vivir en pareja.
•             Hogares con un ingreso único.
•             Menores niveles educativos.
•             La frecuencia del pago.
•             Sector económico.
Como conclusión, quiero poner en la mesa que, si queremos un México más justo, debemos exigir mejores salarios, pero desde el trabajo formal; donde podamos tener prestaciones y hacer valer nuestros derechos universales, que en este caso es derecho al trabajo digno y bien pagado.



[1] Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. Primer trimestre. INEGI, 2020. Consulta web: marzo de 2020.  https://www.inegi.org.mx/programas/enoe/15ymas/default.html#Datos_abiertos
[2] García, Ana Karen. 6 de cada 10 trabajadores son informales y generan el 22.7% del PIB de México. El economista, 2018. Consulta web: marzo de 2020. https://www.eleconomista.com.mx/empresas/6-de-cada-10-trabajadores-son-informales-y-generan-el-22.7-del-PIB-de-Mexico-20181217-0053.html
[3] Díaz, Ariadna. ¿Formal o informal? Determinantes del mercado laboral en México. Nexos, 2018.  Consulta web: marzo de 2020.  https://economia.nexos.com.mx/?p=1739


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