El límite a respetar, la línea amarilla.

Cómo fue posible que diéramos un golpe letal a esta gente, y a parte cómo explicar semejante atrocidad. Detener el tiempo y el movimiento, créame que es espantoso. Literalmente detenidas en la nada, incapacitados para hacer otra cosa que no sea esperar. Todas ellas pensando en quién sabe qué cosa. Lo que sí, seguramente será su primer pensamiento, que visualizarán antes de que llegue, será “quiero conseguir un lugar antes que todos”. Una realidad permisible al momento de detenerse nuevamente entre el paso de los desesperados, con la chicharra o timbre encima, preocupados por una nueva quincena descontada por los retrasos.

Todos ellos detenidos, con las limitaciones de poder vivir otras cosas, conocer otros lugares, sin saber que ocurre en el mundo. Ahora que me lo pregunto, es necesario saberlo cuando estás atorado entre ellos. Quisiera realmente saber si es posible pensar en el mundo en ésta situación. En este momento más de 200 personas en la estación del metro, están esperando otro tren y se preguntarán qué pasa con el mundo.

Otro tiro de gracia, ante la certeza de que la buena acción, los principios y los modales de alcurnia se reducen al primero “yo”. Tal vez después se pensará en dejar al otro pelotudo, que seguro te ganara tu lugar. ¿Qué esperamos? Si solo viajo dos estaciones. Será que mi espera es distinta. Observar cada uno de ellos, sobrios, mirando a la nada, o mejor dicho distrayendo la mirada en “cualquier cosa”, cualquiera que haga pasar la espera del tren.

Ah… se abrió la puerta, tengo que llegar a tiempo, mientras tanto espera. – Con permiso éste es mi tren.


(Pic de Ryan Heshka - Blad)

Comentarios

  1. este mundo que va a la velocidad del rayo...

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  2. limites abstractos q se encuenran omnipresentes en lavida diaria, arbitrarios, vacios y frios, que mejor que hacer caso a la publicidad q pide que te des un respiro, y aun asi sabes q esos limites se perpetuan en los imaginarios, como si se tratase de una mancha voraz, monotonia q le llaman algunos, apatia le dicen otros, yo solo le digo no
    espero el otro tren, entro ultimo, o solo pra variar observo x la ventanilla y me pregunto quien prefirio el micro vs tan maravilloso metro
    sublime no hay mas q decir oscar, felicidades y bienvenido

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